Los humanos preferimos empatizar con un grupo antes que con una persona, según un estudio. Y aunque no lo parezca, esto dice mucho de nosotros

La empatía no es universal. Ni justa. No se activa siempre y es selectiva llegando incluso a hablarse de que existe una limitación de la empatía. Pero es imprescindible para relacionarnos con otros, aunque empatizar se ha vuelto más difícil por nuestro estilo de vida y nuestra forma de relacionarnos. Ahora un nuevo estudio afirma que nos resulta más fácil hacerlo en grupo. Los seres humanos preferimos esforzarnos más en empatizar con un grupo que con un individuo.

Mejor en grupo que a solas. Con esto en mente, el nuevo estudio publicado en Frontiers in Psychology cobra más sentido. Se realizó usando cartas que mostraban una amplia gama de personas, con expresiones neutras y fondos lisos. Unas eran individuales y otras de grupo. Los participantes tenían que elegir entre las dos y con una se les pedirá que empatizaran (describiendo con tres palabras clave los sentimientos de las personas en las imágenes) y con la otra, que fueran objetivos, describiendo la apariencia externa de la o las personas de la imagen. Los investigadores descubrieron que evitaban la empatía con mayor frecuencia durante la baraja de imágenes individuales, optando por empatizar un 34% del tiempo, pero en las grupales, aumentó al 53%. Aunque aseguraron que empatizar era “difícil y desagradable”, se mostraban más propensas a elegir empatizar con un grupo que con un individuo.

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“Intentar entender las experiencias internas de la otra persona requiere más esfuerzo, imaginación y comprensión, en comparación con describir características externas como el color del cabello”, aseguró el Dr. Hajdi Moche, de la Universidad de Linköping (Suecia) y autor principal, que añadía que “puede ser especialmente difícil cuando la información disponible es solo una expresión facial neutra, sin lenguaje corporal ni contexto”. En cambio, cuando vemos un grupo de varias personas, tenemos más contexto que nos ayuda a empatizar y se vuelve más fácil según Moche.

Lo que implica a la hora de establecer nuevas relaciones. La soledad involuntaria puede derivar en diferentes patologías como enfermedades cardíacas, hipertensión, derrames cerebrales, depresión y deterioro cognitivo. Si queremos evitarla, establecer nuevas relaciones es esencial y si nos cuesta, hacerlo en grupo nos facilita mucho el trabajo porque es más sencillo desarrollar empatía en grupo que solo con una persona. Puede que seas una persona tímida, introvertida o a quién le cueste tener nuevas amistades, pero intentar establecer nuevas relaciones en grupo, por ejemplo en clases de manualidades o apuntándote a una asociación de algo que nos interese, aumentará tus posibilidades en base al estudio anterior.

Por qué necesitamos tanto la empatía. Lo que ha distinguido a los seres humanos de otros animales desde el inicio de los tiempos, es nuestra capacidad de colaboración como explica Yuval Noah Harari en su libro ‘Sapiens’. La idea de que la cooperación flexible a gran escala fue la clave del éxito de nuestra especie, más que la fuerza o la inteligencia individual, tiene en parte mucho que ver con la empatía. Para colaborar, los seres humanos necesitamos entender las intenciones, emociones y necesidades de los demás. Desde un punto de vista psicológico y social, la colaboración se basa en la empatía. La empatía fortalece nuestro tejido social.

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A nivel individual, aquellas personas que sienten más empatía experimentan una mayor felicidad, un menor estrés y hacen amigos con mayor facilidad. Las parejas empáticas están más satisfechas con sus relaciones, los hijos de padres empáticos gestionan mejor sus emociones y en el trabajo, se ha relacionado tener un jefe empático con una menor tasa de enfermedades generadas por estrés. Lo malo es que la empatía tiene un precio porque sentir emociones ajenas puede ser doloroso, nos lleva más tiempo y es más complejo. Pero merece mucho la pena.