Linda Evangelista revela que lleva 10 años sin poder mirarse al espejo: "Tengo que ir a terapia para poder verme"

Selfcare, bodypositive y la inacabable dictadura de la belleza normativa

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Noemí Valle

Editor

Esta vez es Linda Evangelista, pero somos todas las mujeres del planeta. No hay una que no haya pasado por el yugo de la presión estética. A sus 59 años, la super modelo revela que necesita terapia para poder mirarse al espejo, culpa de un efecto secundario tras someterse a un procedimiento estético. Se ve deforme. Uno de los rostros más envidiados del planeta revela que su cuerpo le incomoda y a nosotras, que la miramos y solo vemos belleza, en verdad esa sensación de la que habla no nos es para nada extraña.

Tratamientos estéticos fallidos e inevitables repercusiones anímicas. Tras pasar por varias sesiones de un tratamiento llamado CoolSculpting entre 2015 y 2016, una técnica no invasiva aprobada por la FDA en 2010 que utiliza un proceso conocido como criólipolisis para congelar y eliminar células de grasa del cuerpo sin necesidad de cirugía, la supermodelo no obtuvo el resultado que buscaba. Y es que forma parte de 1 % de pacientes que desarrollan una rara condición conocida como hiperplasia adiposa paradójica (PAH) tras la intervención. Una reacción que hace que esas células de grasa en lugar de reducirse, se vuelvan más grandes, duras y visibles.

Tras su retirada del ojo público en 2015, Linda se convierte ahora en la portada del mes de Harper’s Bazaar Beauty. Ahí la modelo confesó que sigue en proceso de sanación y que acude a la ayuda de profesionales para intentar reconstruir su autoestima. “Tengo que ir a terapia para poder verme en el espejo, y todavía no me miro. Pero estoy haciendo el trabajo, y estoy tratando de llegar al punto en que me gusto, con defectos y todo, y tratar de amarme”, explicaba.

Cada vez más mujeres se arrepienten de sus operaciones estéticas. Ahora las celebrities confiesan  que se arrepienten de las cirugías a las que se han sometido en el pasado, como Courteney Cox que reveló ante The Sunday Times que se ve “muy extraña con las inyecciones y haciéndome cosas en la cara que nunca haría ahora". O Bella Hadid, que admitió que deseaba haber conservado su nariz original en lugar de operarse con 14 años. A Linda también le ha ocurrido, no es el primer tratamiento estético del que se arrepiente. Y es que esta reconocida modelo de los 90, también decidió disolver todos sus rellenos faciales.

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Diferentes modas estéticas, misma presión. Los estándares cambian, pero siempre es lo mismo. Hay un ideal de belleza femenino para cada época. Siempre hay un modelo en el que debemos encajar. Según señalaba Infobae, las cifras de retiradas de implantes mamarios pasaron de 155.453 extracciones en 2016 a 335.939 en 2023. Si embargo, esto no quiere decir que hayamos dejado de recurrir a la medicina estética para vernos más normativas, sino que buscamos otros tratamientos estéticos acordes a la moda actual. Y es que según la Sociedad Española de Medicina Estética, casi el 50% de la población de nuestro país se habría realizado algún tratamiento de este tipo en 2023.

Quiero ser natural, pero sin arrugas. Linda Evangelista ha decidido disolver el ácido de su cara, aunque aún se somete a inyecciones de bótox. Busca un rostro más real, pero, ¿qué hay de real en paralizar las hendiduras de la piel? Frenar el cambio de una cara, flagelarse en busca de un estándar imposible. Ahora existe hasta un trend viral en TikTok al que se han sumado celebrities de la talla de Laura Escanes. Utilizan un filtro donde su cara aparece llena de arrugas mientras confiesan: "qué pena que nunca voy a conocer a esta mujer porque, he ido corriendo a pincharme entera."  Todo es en clave humor, claro, entendámoslo. Pero el subtexto es estremecedor.

@lauraescanes

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La obsesión por el selfcare y su doble cara. Pienso mucho en esto hoy mientras escribo, y me acuerdo de un poema de Mayte Gómez Molina: "en realidad, la obsesión por cuidar de una misma, el imperativo por mejorarse es una dictadura tras la que se esconden dos tristezas grandes: la primera, que soy una empresa, la segunda, que he perdido la esperanza de que los demás también puedan cuidarme." Es escalofriante porque es cierto.

La presión siempre sobre nosotras. Queremos revertir como sea el paso del tiempo en nuestros cuerpos porque la sociedad no deja de decirnos que la belleza es sinónimo de juventud. Todo lo demás es renunciar a sentirse deseada, por una misma, por el resto. Y seamos honestas, hemos abrazado el body positive todo lo que hemos podido, pero el peso de encontrar belleza en nuestro cuerpo tal y como es, no debería de recaer solo sobre nosotras. Fue la sociedad la que nos hizo detestarlo, es turno de la misma revertirlo.

Fotos | @lindaevangelista

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