Han pasado ya 45 años desde que se publicó 'Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen' de Adele Faber y Elaine Mazlish. Pero es que a día de hoy, este libro sigue siendo un referente para aquellos que buscan saber un poco más sobre una crianza más respetuosa. Y es que si bien la maternidad y la paternidad requieren de bastante improvisación, nunca está de más contar con un par de herramientas que promuevan una comunicación efectiva entre padres e hijos.
De este libro que se ha convertido en un mantra para muchos, también existen actualizaciones, porque claro está que los modelos de crianza han cambiado bastante desde 1980 hasta hoy. De hecho, ha sido la hija de Faber, Joanna, la artífice de nuevas propuestas lanzadas al mercado en 2017 y 2021. Nosotras nos quedamos con su última versión, donde la empatía es siempre el punto de partida.

Escucha activa
Está técnica no deja de aparecer una y otra vez en este libro. Y es que algo tan sencillo como prestar atención a un hijo puede a veces darse por hecho. Ahí el contacto visual es clave, así como ciertas frases que demuestren compresión sobre el tema que él está compartiendo, ayudándote de preguntas abiertas y mostrando un interés genuino. Un apartado sobre el que insiste especialmente la psicóloga Caitlin Slavens.
Elogios descriptivos
Aunque parezca un detalle ínfimo, según explica en el libro el psiquiatra Dr. Zishan Khan, cambiar un ¡bien hecho!, tras una actividad positiva, por un ¡bien hecho por ordenar tu cuarto!, sería un comentario más motivador de cara al futuro.
Empoderar a los niños
Dar opciones a los niños podría ser una forma de ayudarlos a sentirse más empoderados y autónomos, según indica la psicóloga Dra. Maya Weir porque eso les daría una sensación de mayor control, haciéndolos más receptivos y cooperativos con los adultos. Eso sí, la clave sería decantamos por preguntas de sí o no, u otras de respuesta abierta donde solo se planteen dos opciones claras a elegir, para no abrumarlos.

Resolver problemas juntos
El psiquiatra Dr. Zishan Khan insiste en que colaborar en la solución de los problemas profundiza la conexión emocional entre padres en hijos, ya que se sentirían más valorados, capaces y seguros. Para ello sería clave describir el problema e invitar a los niños a generar ideas para resolverlo, evaluando posibles soluciones e incentivándolos a elegir una juntos, donde él tenga la iniciativa.
Adaptación de las estrategias según la edad de los niños
Claro está que la comunicación es totalmente diferente con niños más pequeños, los de edad escolar o los adolescentes. Para los primeros, este libro recomienda utilizar frases cortas y claras, acompañadas de acciones, para facilitar la comprensión y cooperación. En los niños de edad escolar sería clave introducir debates sobre reglas y expectativas para fomentar su capacidad de resolver problemas mediante preguntas abiertas. En los últimos, los tan temidos adolescentes, sería clave el respeto y la autonomía, hablarles como jóvenes adultos, compartir experiencias personales y evitar sermones para mantener una comunicación abierta con ellos. Como todo, va un poco de ponerte en la piel de ellos y mantener siempre a flote la empatía y claro está que mucha paciencia.
Fotos | Anna Shvets en Pexels, Alena Darmel en Pexels, RDNE Stock project en Pexels
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